De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, K-Swiss es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
K-Swiss es una perfecta muestra de cómo un logotipo se convierte en imagen inconfundible de su marca.
K-Swiss basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.