De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Chester Fried es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
Chester Fried basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.